Ayacucho

Hoy pasaré mi 1era noche en casa, luego de estar casi un mes en Ayacucho. Siempre me pasa que me cuesta adaptarme nuevamente a la sedentariedad Limeña. Ya desde un día antes de mi partida hacia Lima, pensaba en cómo sería volver a mi casa, a mis padres, problemas y tareas pendientes, militancia, entre otras actividades. Confieso que andaba algo preocupada sobre este primer encuentro con "mi vida cotidiana", sin embargo, creo que pudo ser peor. No me chocó como imaginaba.

Me deprime un poco la idea de que solo esté de paso por algunos lugares. De que solo esté por "un proyecto de una ONG", por un trabajo o estudio temporal. Creo que nos pasa a muchxs que nos encariñamos con el lugar en el cual trabajamos. Cuando empezamos a reconocer sus calles -y dejamos de perdernos-, conocemos el lugar en donde se come de lo mejor, nos interesamos en desarrollar alguna investigación personal en el lugar, conocemos amigxs... ¡zas! Ya tenemos que ir comprando el boleto de retorno.

Esta, como en todos los viajes, ha sido una incomparable experiencia. Conocí mucho más Huamanga, estuve por primera vez en la provincia de Lucanas (Andamarca, Chipao, San Antonio, Puquio), pasé rapidito por la costa iqueña y me introduje todo un día en San Miguel, en la provincia de La Mar, pasando por el distrito de Tambo.

Ya estoy pasando -sin darme cuenta- mi primera noche en la capital, en casa.

No llueve.