Síntoma de fin de semana

No es novedad que los fines de semana se le hagan tan largos y aburridos.
La mayoría de personas la invita a salir a tomar un trago, bailar, tomar.
Ciertamente, les gusta echarse unos traguitos de cuando en cuando, pero
como ya se lo advirtió la especialista en el tema,
la felicidad efímera -horas-que te proporciona el alcohol,
te cobra luego un fin de semana -días- de letargo.

Y sí, ya sabe que es parte de la vida tener sus altas y sus bajas.
Uno no puede vivir feliz todo el tiempo,
tampoco llorar y lamentarse la existencia.
No.
Existen aquellos/as que lo intentan.
Intentan estar con una sonrisa permanentemente, verle el lado positivo al asunto.
Tomárselo deportivamente.
También hay de las que se atormentan y se ahogan en un vaso con agua.
Las que no dejan de pensar y dramatizar su situación.

La verdad es que no le gusta estar en ninguno de los dos bandos.
Por eso rie cuando puede y llora cuando es necesario.
Le apasiona la gente que vive intensamente sin remediar si es para gozar o llorar.
Quisiera tener las fuerzas y las ganas para exprimir las extensiones de su ser,
sus agudos sentidos, sus volátiles pensamientos.

Síntoma de fin de semana es escribir cuando se siente vacía,
cuando ni reir ni llorar le bastan,
cuando las pepitas subestiman la pasión y la razón.





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