Tal vez

Sí.
Me siento atraída por la gente que compone música y que escribe.
Pero no me interesan en el escenario, ni cuando tocan, ni cuando cantan o escriben.
Me roban el sueño sus cotidinidades, lo que les da pasta de creadores.

¿Qué tanto de lo que leo o escucho de ellos/ellas es parte -realmente-de su vida?

¿Acaso eso importa?

Siempre creí que lo que me interesaba era el interior: los traumas de la niñez, el amor perdido, la fustración, sus fracasos, sus miedos. Todo ese cúmulo de situaciones y sensaciones que generan un buen relato y una buena rima.

Incluso las (in)coherencias o (in)consecuencias tenían sentido si me ponía a analizar y contrastaba sus productos artísticos con sus atormentadas vidas. Ejemplo: rapear sobre la resistencia del pueblo latinoamericano usando una casaca Adidas.

Pero eso... ¿importa?


No.
Lo menos trascendente es que sus vivencias coincidan con sus creaciones.
Lo maravilloso es que tengan la capacidad de hacernos creer que todo lo que cuentan de sus miserables y particulares vidas sea cierto.
Lo admirable es que nos transmitan esas mismas ganas de morir, de entregarse y sobre todo, de replicar lo leido.

De vivir intensamente, tomando todos los riesgos innecesarios.

Comentarios

Lo importante es la incesante angustia de las almas, del recorrido que lleva el alma por gélidos lugares, al infinito azul, que pega en los ojos... lo importante es sentarte a escribir, no tu vida, pero si la vida que quisieras y despues creerte que has vivido tanto como en tus escritos... primero pienso luego existo...

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