Quisiera saber de ti
de la protuberancia que tienes, desde que naciste, en el pecho
del lunar en tú pulgar derecho.

También del tercero que crece y crece
-y es que dos no son suficiente-

Quisiera saber de las palmas de tus manos
y de tus rodillas y patillas
de lo que escribes, de lo que oyes
de lo que lees, con lo que creces

Quisiera saber de tu cabello, ahora pequeño
mirar tu techo como aquellos tiempos
construir mis fantasías en compañía

Quisiera dejar de soñar y de pensar
envalentonarme y solo actuar.
dejar de escribir y empezar a vivir.





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