la forma del mal

Hace un tiempo me lo presentaron musicalmente y aunque no me convenció tanto como a la persona que me hizo escuchar "entre dos fuegos" (su disco), estoy encantado por sus cuentos. Aún no acabo el libro,pero, "la forma del mal" y "puta tú" son mis relatos preferidos no solo por el contenido de las historias, sino por la forma de narrarlos: en el primero, tres situaciones entrelazadas por los protagonistas con una crítica social al sistema (laboral, educativo, etc.) bastante fuerte; y en el segundo, una conversación directa entre dos mujeres, ambas en situaciones límite, que muestra lo paradójico e inconsecuente de nuestros sentimientos y acciones.

Sin embargo, debo decir que "adios, pena mía" me ha trastocado el alma, siempre pienso que... "alguien carajos tenía que escribir algo así", alguien que ya no esté atravesando por una situación parecida, inevitablemente. Justo comentaba que me parece tan increíble que exista gente que escriba sobre esos "males", sobre esas penas; pero no de forma ajena (como quien recrea una situación), sino como parte final de un proceso interno de sanación, como al parecer J Duran lo hizo.

 "(...) Durante mucho tiempo sentí que mi cabeza explotaría de un momento a otro, que mi pena iba a traicionarme en alguna reunión con amigos, cuando buscara un trabajo, iniciara algún proyecto o cuando evitara autoflagelarme ante los demás. Era como tener dos voces dentro de mí: la voz de mi pena y una voz nueva, que se le enfrentaba. Esa nueva voz era mi verdadero yo intentando liberarse (...)"


"Trascendente" también ha sido una clara muestra de un ejercicio inconsciente, una estrategia recurrente en mi y estoy segura que en muchxs. Me encuentro tanto en este párrafo en especial, ¡No pudo haberse escrito mejor! (caigo en cuenta que "literaturizar" es lo que hago todo el tiempo):

"(...)Literaturizar los momentos es darles una carga emotiva que le otorga sentido a todo, a tu propia vida. Todos lo hacemos, a todos nos pasa. Siempre que tenemos una carencia, nuestra mente busca esas satisfacciones para llenar nuestro vacío. Cuando nos falta afecto, cuando no logramos nuestras metas, cuando las cosas no encajan con el mundo ideal y justo que llevamos dentro, hacemos literatura en nuestro corazón, y así vamos modelando nuestra alma. Pero, hay casos, como el tuyo, en los que ese hábito nos posee, nos domina, y andamos por el mundo como endemoniados, como te sucede ahora, buscando atrapar cada instante. Eres un poseído, muchacho. (...)"

Aún me quedan 5 años más para seguir recreando historias dentro de mi historia, para "atrapar mis -eternos-instantes", para añorar mi juventud sublevada, para seguir trascendiendo.

Gracias, J.

Autor: Julio Durán

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