día de MIÉRcoles


Yo estudié antropología, decidí formarme como científica social no sólo porque me interesaba -e interesa- ENTENDER la sociedad, sino porque también era consciente de que la carrera universitaria que una elija nos permite una formación  profesional-académica pero sobre todo, para la vida. La antropología abre la mente, abre el corazón.

Sí.
Yo siempre supe que lo que menos tendría sería estabilidad económica y laboral, bueno, podría tenerla si me interesara trabajar para una minera o para algún otro rubro en el que mi ética se podría ver deteriorara. PERO NO. Yo elegí no irme por esos rumbos y apostar por trabajos que me permitieran desarrollar mis ideas y a la vez tener tranquila la conciencia.

No.
No toda la vida una puede seguir así. Nunca es tan bueno. Es por eso que me encuentro trabajando para una ONG que trabaja para una minera y me siento mal. Claro que el proyecto que desarrollamos es muy bueno y todo, sin embargo, choca pensar que indirectamente una favorece a un grupo de poder. Más allá de ese malestar, este último viaje ha sido terrible. Muy malas condiciones para vivir y trabajar. Malos tratos e indiferencia por parte de la empresa. Un viaje de casi 16 horas muy pesado. Todo mal. Todo mal.





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Ahora más o menos comprendes . . .

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