Su primera navidad


Ella juró pasar siempre la noche buena en casa de su mamá hasta que esta estuviera viva. Él insistía en que ya era hora de pasar navidad en su casa y con su propia familia (con Ella y sus hijos). Desde 1992 en que dejaron Cercado y se mudaron a Pando junto a sus dos hijos, Él y Ella discutían -desde los primeros días de diciembre- pues no se ponían de acuerdo en donde pasarían las fiestas navideñas. Los niños aún eran pequeños y solo sabían que a penas el calendario cambiaba a diciembre se avecinaban tiempos difíciles. No tenían voz ni voto.

A pesar de las discusiones y los esfuerzos para ponerse de acuerdo, lo que solía pasar era que la familia pasaban las doce en un taxi, en la calle, en el baño o camino a algún lugar fuera de Pando. La mayoría de veces Ella "ganaba" pues solían ir a visitar a sus padres (aunque llegaran tardísimo), cansados y con los niños durmiendo. A Él no le gustaba mucho la idea, pero no se podía quejar: tenía pavo y chocolate calientes y un champagne para brindar. En algunas ocasiones Él "ganaba" e iban hasta los Olivos a ver a su mamá y hermanas. Para cuando llegaban, la abuelita yacía dormida y sin panetón en la mesa. Si les hubieran preguntado a los niños, no cabría duda de que hubieran elegido mil veces ir a ver a la abuela materna. Pero, no voz y no voto.

Con el pasar de los años los niños crecieron. Ya adolescentes comenzaron a tener voz mas no voto. Ahora se les permitía reclamar y de cuando en cuando opinaban que les agradaría ir a visitar a una abuela en lugar que a la otra. Sentían que cualquier comentario que hicieran podría dañar la susceptibilidad de sus padres, por lo que preferían que Él y Ella discutan sobre el asunto y solo intervenir si la cosa se ponía brava.

Para la primera década del siglo XXI, los niños -ahora adolescentes-ya tenían pareja y soñaban con ellas unas nuevas formas de hacer familia y pasar navidad de una manera diferente a la que venían experimentando todos estos años. Esta ilusión les permitían sobrellevar las terribles discusiones que se desataban en su casa durante diciembre. Por otro lado, para sentirse menos mal, reforzaban la idea de que la navidad solo duraba unas horas y que la importancia que tenía era totalmente simbólica.

Es así como Ella, Él y los niños ya no se sentían tristes por pasar las doce en el taxi, en la calle o en el baño. Todos habían aprendido -gracias a los niños- que la cuestión navideña era un mero formalismo. Luego de las doce venían los abrazos y los "te quiero" de rigor. Y ya. Se acababa. Además las discusiones entre Él y Ella disminuyeron. Comenzaron a ser más tolerantes -o tal vez a aburrirse- y cedían si uno proponía ir a ver a su mamá antes que el otro. Suspiros para todos.

Este año, 2010, cerrado la primera década del XXI (anteriormente mencionado) los niños -aho
ra adultos-ensimismados en sus asuntos desde hace un par de años, ya no pensaban en la navidad. Que venga lo que venga. Que los padres viejos se encarguen de preparar el día, las horas. Aunque tenían voz y voto, ellos habían decidido no participar más de las decisiones familiares.

Viernes 24 de diciembre 2010. Ella termina de armar el nacimiento, Él realiza las últimas compras. Dan las doce. Ella en la ducha, Él viendo tv. Los niños en sus cuartos. Dieron las doce y ninguno se encuentra cerca al otro. Siguen dando las doce y los niños recuerdan cuando eran niños y pasaban las doce en la calle, intentando encontrar un taxi. Las doce. Las doce y siguen en Pando.

Esta navidad no se movieron de Pando. Pasarían la Navidad más extraña de todos los tiempos Solo los cuatro: Él, Ella y los niños. Sin chocolate ni panetón, solo con un pedazo de pavo, puré de manzanas y un intento de conversación frustrada. ¿Sería el inicio de navidades autónomas-cuadriláteras? ¿Será que Él "ganó" y por fin logró pasar Navidad en su casa (con su esposa y sus hijos) como todo hombre clasemediero que se respete? ¿Será que ella entendió que su mamá no viviría por siempre y que ya era hora de que ella empiece a hacer lo suyo con su familia? ¿Y los niños? ¿qué pasó con los no-niños?


Comentarios

Erizzo dijo…
Es extraño, tan real, tan fácilmente identificable. La autonomía muchas veces merma las tradiciones, algunas ya obsoletas y que sólo tenían sentido cuando se es niño...

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